Son 75 jóvenes estudiantes o profesionales recién salidos de las aulas entre 17 y 35 años que viven en la comarca del Alto Tajo, en la provincia de Guadalajara, y que han decidido poner de su parte contra la despoblación.
Quieren vivir y trabajar en uno de los desiertos demográficos de Europa con 4,3 habitantes por kilómetro cuadrado, en pueblos que no llegan a los 100 habitantes: Zaorejas, Armallones, El Recuenco, Pinilla de Molina, Peralveche... y así hasta una decena de bellísimos municipios enclavados en una de las zonas naturales más espectaculares de Castilla-La Mancha. Son los pueblos de la Celtiberia histórica que se extinguen.
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